Hay una variación individual en las necesidades de líquido; intervienen factores externos e individuales, como las condiciones ambientales, el tipo de ropa, duración e intensidad del ejercicio; además de su peso y condición física.
Incluso, para las personas físicamente activas, las necesidades diarias pueden ir de 3 a 4 litros de agua natural, pero según el tipo e intensidad de ejercicio que practique.
Por ello, la recomendación es: tomar agua 3 horas antes de hacer ejercicio, dejar pasar hora y media y volver a hidratarse.
Durante el ejercicio es importante tener agua disponible para beberla cada 20 minutos. Al terminar es necesario seguir con la hidratación para que el cuerpo retome su equilibrio.
Aunque realices actividad física en la noche es importante que te rehidrates antes, durante y después de hacer ejercicio. Cuando tomas el agua necesaria no hay riesgo de que se interrumpa tu sueño porque tu cuerpo mantiene el equilibrio de líquidos.
No olvides que la hidratación adecuada es vital para tu rendimiento físico y salud. Para realizar tu rutina lo mejor posible, es importante que tomes la suficiente agua antes, durante y después de tus entrenamientos.